| Portada de Alejandro Colucci | 
 La madrugada del 26 de abril de 1986, el reactor número 4 de la Central Nuclear de Chernóbil hizo  explosión cerca de la frontera con Bielorrusia. Se intentó acabar con  el fuego utilizando agua, creando así una gran nube radiactiva que el  aire distribuyó por diversos países europeos. Podría ser el comienzo de un cuento con apenas perspectiva de final feliz, pero no lo es y, de serlo, habría esperanza.Han pasado 25 años y el aire les sigue haciendo daño.Tan  triste y sencillo como que el material contaminante de la atmósfera  libera elementos radiactivos que el organismo reconoce como sales  minerales, así que los deja formar parte del metabolismo, provocando en  el ser humano diversos daños.  Los  mayores afectados son los niños, por su condición de seres en  crecimiento. Por si no fuera suficiente, a la poca esperanza sanitaria  del entorno, se le suma la económica.
Por todo esto, y porque no debemos olvidar, nace ILUSIONARIA.  Se trata de uproyecto benéfico en el que colaboran 20 autores y 20  ilustradores de nuestro país, bajo la batuta de Juan de Dios Garduño  Cuenca (escritor y asesor editorial) 
Los nombres de los participantes, así como sus biografías, pueden consultarse en http://ilusionariaantologabenfica.blogspot.com/,  blog creado para la difusión de los avances al respecto, información de  las presentaciones previstas y posibilidad de realizar un pre-pedido de  la antología.
Dentro de ILUSIONARIA  encontrará veinte cuentos infantiles y sus respectivas y maravillosas  ilustraciones, con este ilusionante proyecto se pretende recaudar fondos  que serán entregados, en su totalidad,  a la Asociación “Matrioska-Fons Mellaria”.  Con ellos, se cubrirán gastos de desplazamiento y gestiones de visados  de los niños de 7 a 17 años que componen el programa de acogida. 
¿Por qué traer a estos niños a nuestro país? Dos razones importantes:
1.- Que los  niveles de material radioactivo disminuya en el organismo de los niños  acogidos (está probado que se consigue con estancias de 45 a 60 días  fuera de “onda”).
2.- Que puedan ser, al menos durante verano y navidad, lo que son: niños.
Escribamos, entre todos, este cuento.
 
 
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